Planificar con intención es conectar tu visión con tus acciones. Te permite anticiparse, aprovechar oportunidades y, sobre todo, no estar apagando incendios todos los días.
Es elegir conscientemente en qué vale la pena invertir tu tiempo y en qué no. Si no tienes claridad, tu red tampoco la tendrá. Y si tú no lideras con foco, tu equipo irá a la deriva.